Páginas

Manifiesto

La explosión de la actual crisis capitalista está impactando directamente sobre los
menguantes derechos sociales de la clase trabajadora y, en general, sobre los sectores sociales más vulnerables, y las recetas que están siendo, o pretenden ser, gestionadas desde las distintas administraciones, llevan la etiqueta del neoliberalismo que ha provocado la crisis. Es este un buen momento para manifestar la íntima relación entre las propuestas del proyecto republicano y el poder hacer frente a la crisis de otra forma, para cambiar efectivamente la situación, porque la situación es todavía susceptible de empeorar, si no se ataja.

Más de cuatro años después de su inicio, es evidente la extrema gravedad universal
de la crítica situación en que vivimos. No se trata de una típica crisis más del sistema.

Es una crisis sistémica que evidencia que el capitalismo es un modo de producción
agotado, por la finitud del planeta, de los recursos naturales, y por la contradicción irresoluble entre su exigencia permanente de crecimiento y aumento de la plusvalía
para una minoría social, y la satisfacción de las necesidades de la humanidad. Ya
conocemos las recetas que para salir de estas crisis se han aplicado siempre: recortes de derechos, continuas agresiones a lo público, privatizaciones y contrarreformas
legislativas que se traducen en retrocesos en materia laboral, educativa, sanitaria,
social, cultural. Son propuestas antiguas, con efectos sobradamente conocidos, que
no prevén otra salida que no pase por volcar el peso de la crisis y los costes de salir de ella sobre la mayoría social que no la ha generado. Son las mismas recetas que ahora
pretenden aplicarnos.

Ante esta crítica situación, la alternativa social y política republicana tiene propuestas globales para salir de la crisis de otra forma, con otros objetivos, con otras políticas.
Porque, en definitiva, se trata de rescatar la Democracia como un sistema económico,
político y ético integral al servicio de las necesidades de la población, y eso entendemos que sólo puede pasar por el rescate de la República, con propuestas concretas como:

Una República federal, social, democrática y solidaria, como forma de organización
estatal conforme a un orden económico y social justo, y articulada mediante una
efectiva separación de poderes.

Una política económica que, con la implantación de resortes estratégicos de titularidad pública, se oriente al pleno empleo, estable y de calidad, con unos Servicios Públicos-Sanidad y Educación a la cabeza- garantizados por el Estado, y con control sobre
precios y circuitos de comercialización

Una Reforma Fiscal centrada en la progresividad y la erradicación del fraude fiscal, la economía sumergida y los paraísos fiscales.

Una legislación socio-laboral garante de los derechos sociales, laborales y sindicales, con una reducción de la jornada laboral para que puedan trabajar dignamente más
hombres y mujeres.

Un desarrollo efectivo de los derechos sociales, con penalización para las actividades especulativas que los contravengan.

Unas Administraciones Públicas basadas en principios de subsidiariedad, colaboración
y cercanía, evitando duplicidades injustificadas.

Un Estado laico, garante y respetuoso de la libertad de conciencia y confesión.

Unas políticas que pivoten en torno a la paz y la no-violencia activa, respetando los Derechos de los Pueblos.

Una reforma del Sistema Electoral para implantar uno proporcional, con las CCAA
como circunscripción, y un colegio nacional de restos. Referendos vinculantes y
plebiscitos como mecanismo normalizado de participación y decisión democrática.
Fomento efectivo de la participación ciudadana en todos los ámbitos.

Una regeneración ética; una nueva cultura; un sentimiento que se vertebre en derechos y deberes recíprocos, que esté transido de valores solidarios y que sea capaz de edificar la convivencia sobre los pilares de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

Y también, por supuesto, superar el montaje de la monarquía como Jefatura del Estado
surgida en la Transición.

Poco que ver con las recetas neoliberales con que se nos bombardea diariamente como,
o eso, o la nada. De eso, nada. La República, a diferencia del capitalismo y su versión institucionalizada representada por la actual Monarquía neoliberal, es la garantía más propicia para el desarrollo efectivo de los derechos humanos y la democracia, y para
salir, no sin dificultades, de la crisis.

Esta propuesta republicana se suma como “Marea Tricolor”, por una parte, a todos
aquellos movimientos de protesta contra la imposición que, con el pretexto de salir
de la crisis, están realizando las distintas administraciones, mediante la privatización de los beneficios y la socialización de los recortes de derechos, perjudicando con ello aún más a todos los sectores sociales, especialmente a los más débiles y en riesgo de exclusión. Esta “Marea Tricolor” sintoniza, también, con la reivindicación de un proceso constituyente de todas las fuerzas sociales que trabajan por una salida de la crisis sustituyendo el binomio capitalismo-Monarquía, por el de democracia-República.